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  • Equipo Vivete

Pechos


Chupar los pechos de una mujer es, para cualquiera de ellas, una estimulación suficiente para provocarle el orgasmo.

Los pezones están conectados con el caduceo Ida y Pingala. Esos dos canales se cruzan en el chakra sexual, por tanto, la conexión es muy directa y muy fuerte.

Si un hombre se tumba quieto y chupa, como si fuera un niño, durante un periodo prolongado de 10 a 20 minutos, ello se convierte en un maravilloso regalo para su compañera y para sí mismo.Un hombre puede sentirse incómodo con los pechos. Si sus experiencias infantiles cuando era amamantado fueron desagradables, esta posterior “alimentación” puede traer todo a la superficie. Si su madre se resentía a se negaba a darle el pecho, así fue alimentado con biberón por alguien que no estaba relacionado con él, se le ha negado esa profunda nutrición del alma. Y todavía podría seguir siendo doloroso. Si haces con desgana el chupar de los pechos, sé testigo de ello. Evitar aquel dolor evitando los pechos de tu amante es engañar a ambos y privaros de una de las experiencias más ricas del acto amoroso.

Muchos hombres nunca han desarrollado sensibilidad en sus pezones. Pero según vayas permitiendo que se manifieste tu energía femenina, encontrarás que te dan más placer. Si tu corazón está celosamente guardado, la estimulación de los pechos te puede resultar irritante.

Y según se abra tu corazón, la estimulación será más placentera. Una mujer puede prestar tanta atención a los pechos de su pareja como la que él presta a los suyos.


El cuerpo humano es un ACELERADOR extraordinario para la evolución espiritual.

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